“Sin renta básica universal el sistema capitalista no puede seguir funcionando con normalidad”. En diciembre de 2020, el candidato demócrata a las elecciones presidenciales, Lee Jae-myung, por entonces gobernador provincial, se mostraba tajante. Su objetivo a la larga: ofrecer a los 52 millones de surcoreanos un ingreso mensual de 500.000 wones (367 euros), es decir, el 14% del salario medio. Desde entonces, la idea se ha convertido en una promesa de campaña más ambiciosa. “Antes del final de mi mandato, concederé dos millones de wones al año (1470 euros) de renta básica a todos los jóvenes y un millón (735 euros) al resto de la población”, aseguraba todavía el pasado julio en la Asamblea Nacional.
El compromiso de Lee Jae-myung nace de la constatación del espectacular desarrollo de la automatización en la industria coreana. En 2020, esta contaba con 932 robots por cada 10.000 empleados, de lejos la densidad más alta (...)