Después de los “Treinta gloriosos” franceses y del Wirtschaftswunder alemán (“milagro económico”, de la misma época), ¿se puede hablar del “milagro polaco”? Basta con salir del centro de Varsovia para tener dudas al respecto: una vez cruzado el río Vístula, el bamboleante tranvía conduce en quince minutos a otro planeta, alejado de los lujosos escaparates de Nowy Swiat. Allí, la gente pobre vende, en la misma acera, ropa usada, libros de amarillentas páginas y juguetes reparados.
¿Testimonio de un tiempo pasado? Las estadísticas muestran lo contrario:
13 de los 38 millones de polacos son pobres o corren el riesgo de serlo. Tan sólo 1,6 millones de ellos reciben una ayuda social;
El porcentaje de niños que vive por debajo del umbral de la pobreza alcanza un 30%, y un 60% de alumnos escolares no tiene cómo pagar el comedor;