En Argelia, los exámenes del baccalauréat se han llevado a cabo este año sobre un fondo de escándalos, polémicas y maniobras políticas. A principios de junio, cuando los 818.000 candidatos, es decir, el 10% de los alumnos escolarizados, realizaban los exámenes, el Ministerio Nacional de Educación reconoció, después de algunas incómodas negativas, la existencia de filtraciones. Mucho antes de que se realizaran los exámenes, se habían colgado en las redes sociales las preguntas de las materias científicas, en algunos casos con sus respectivas respuestas.
El Ministerio habla de un “arsenal tecnológico impresionante”. También denuncia una “serie de ataques relacionados con la información en Internet”, fórmula un poco vaga para explicar que los temas compartidos en Facebook y en Twitter no siempre eran los correctos. En cuanto comenzó la investigación de la Gendarmería, ésta desembocó en la imputación de alrededor de treinta personas. Mientras mencionaba “la equidad y la igualdad de oportunidades (...)