Vivir y trabajar en la granja familiar le ha proporcionado a Laurent Cohade un valioso puesto de observación de su pueblo natal: Heume-l’Église, en el departamento francés de Puy-de-Dôme, con 110 habitantes. Este agricultor siempre ha vivido aquí, desde hace 52 años, 30 de los cuales los ha pasado criando unas sesenta vacas lecheras. Al pie de los volcanes de Auvergne, hace una constatación simple: “El precio de las tierras no ha dejado de aumentar. El precio de la leche, no. A 43 céntimos de euro el litro, no veo cómo puedo comprar a 9.000 euros la hectárea. No hay ninguna rentabilidad”. Philippe Boyer, alcalde del pueblo, prevé un futuro que remite a la época feudal: “Las tierras agrícolas van a dejar de estar en manos de los agricultores. Dejarán de ser propietarios”.
En los últimos veinte años, el coste de la tierra se ha duplicado en Francia. La media del (...)