El 28 de enero de 2004 el Gobierno británico recibió un informe redactado por la comisión investigadora presidida por lord Hutton, que cayó como una bomba. Dicha comisión había sido instituida por Anthony Blair para tratar de esclarecer el suicidio de David Kelly, ocurrido en julio de 2003. Éste último, un especialista en armas químicas y bacteriológicas que trabajaba para el Ministerio de Defensa, había manifestado a dos periodistas de la BBC sus dudas sobre la realidad de la amenaza que representaba Irak, argumento con el que se había justificado la intervención militar británica en ese país.
Las relaciones se deterioraron entonces entre la BBC y Downing Street, que por medio de Alastair Campbell, Director de la Oficina de Comunicación del Primer Ministro, reprochó a la Corporation su escepticismo en la cobertura de las operaciones en Irak. Esa sorda hostilidad se transformó en guerra declarada, después de un comentario hecho el (...)