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De profesión: empleada doméstica

El Gobierno francés y un sector de la izquierda ven en los “servicios domésticos” una fuente de empleo providencial. En el mundo hay aproximadamente cien millones de empleadas del hogar. En Filipinas, la “exportación” de criadas se ha convertido en una industria nacional, con formación obligatoria y seminarios de preparación para el exilio. Gran parte de ellas trabaja en Hong Kong.

por Julien Brygo, octubre de 2011

Una carretera sinuosa, bosques de pinos de un verde brillante y hombres uniformados. De pronto aparecen las imágenes de postal de la bahía de Hong Kong, su jungla de edificios y su enjambre de barcos. Al volante de su berlina descapotable, Charlotte le hace un signo con la cabeza al agente de seguridad, y se alza la barrera del Tertre de Stanley, barrio privado que lleva el nombre del célebre explorador británico.

Desde 2005, esta expatriada franco-belga y su marido francés pasan días felices en su casa con terraza, a treinta minutos del corazón de la “economía más abierta al mundo”. El señor ocupa un puesto estratégico de director financiero en un importante banco francés. La señora no trabaja y se entrega a las delicias de los baños en la bahía de Stanley, el tenis y la acción humanitaria para una importante organización no gubernamental (ONG) francesa. Para sus cuatro hijos (...)

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DossierEl espejismo de los servicios domésticos

El modelo de la empleada doméstica al servicio de una sola familia continúa siendo habitual en ciertas regiones del mundo, particularmente en el Golfo o en Asia.
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