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Calibán y la bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación originaria

Silvia Federici

Traficantes de Sueños, Madrid, 2010,

367 páginas, 25 euros

por Irene Martín de Vidales i Ortiz, marzo de 2011

La transición del mundo feudal hacia el capitalismo supone la historia del nacimiento de un sistema de producción singular, basado en la acumulación, que modificará los cuerpos y el imaginario colectivo de los sujetos no precisamente de forma pacífica. Normalmente, los libros de historia nos hablan de las características económicas y sociales que favorecieron el nuevo sistema económico, pero el capitalismo exigió unos cambios drásticos que, entre otras cosas, transformaron una forma de vida colectiva a la fuerza, expropiando saberes y tierras, generando nuevos roles sociales, proponiendo la libre circulación de mercancía humana. Sin duda el rol de subalternidad que para la mujer se prescribió fue un elemento clave para el correcto funcionamiento económico basado en la acumulación: la génesis del trabajo doméstico, lo que supuso la separación de la producción y la reproducción; el uso capitalista del salario para dirigir el trabajo de los no asalariados; (...)

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