Es difícil imaginar una elección peor que Cleveland, en el estado de Ohio, para llevar a cabo una convención nacional del Partido Republicano. En esta ciudad obrera, bastión tradicional de los demócratas, hasta el rincón más recóndito recuerda que la política económica de los republicanos provocó la destrucción del mundo obrero durante una buena parte de los últimos cuarenta años.
Antaño, la ciudad encarnaba el poderío industrial de Estados Unidos. John Rockefeller creó allí la Standard Oil; se producía acero, automóviles, productos químicos, lo que tenía como consecuencia unos niveles tan elevados de contaminación que a menudo se prendía fuego en el río… Pero el Cleveland de 2016 está en ruinas. La fuga de las clases medias hacia la periferia despobló el centro de la ciudad y la deslocalización de las industrias hacia México y el Sur en general diezmó los empleos obreros. Cleveland se encontraba entre las cinco principales ciudades (...)