El Estado del Bienestar “oficial” no ha evolucionado en la dirección y medida adecuadas para poder disolver esas tensiones y facilitar a los ciudadanos una mayor calidad de vida y bienestar social, limitándose a hacer de ‘cojín’ amortiguador del sector productivo, incluso con pérdidas de derechos laborales del personal sanitario y de los pacientes. Desde 1993, los sucesivos gobiernos han empobrecido el EB para poder mantener el equilibrio presupuestario. Lo analiza Luis D. Capacete Novo en “El malestar en el Estado del Bienestar”. Otros contenidos, “¿Cabe aumentar la contribución directa (copago) de los españoles a la financiación de la factura del gasto farmacéutico público?” (Juan Simó Miñana); “Valoración del Plan Estratégico de Política Farmacéutica para el Sistema Nacional de Salud español”...
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SALUD 2000
Nº 100. Marzo 2005.
junio de 2005
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