Portada del sitio > Mensual > 2021 > 2021/02 > No adaptarse

Teatro

No adaptarse

por Olivier Neveux, febrero de 2021

El Manifiesto para un nuevo teatro de Pier Paolo Pasolini se hizo público por primera vez en 1968, con motivo de las representaciones de su obra Orgía, y solo había sido objeto de publicaciones parciales en Francia. La editorial Ypsilon nos permite por fin acceder al texto completo (1). El Manifiesto se enmarca en una situación y contexto contra los que el poeta arremete, desafiante, sin por ello caer preso de la actualidad. Es inconmovible Pasolini en esa relación polémica y libre con las circunstancias. Ella lo llevó por ejemplo a abjurar unos años más tarde de tres películas, su Trilogía de la vida (2), considerando que su “sinceridad” y su “necesidad” habían sido “esclavizadas y manipuladas” por el poder integrador y la sociedad de consumo: los cuerpos, el eros, que él celebraba, habían sido a su vez recuperados. El reto siempre es el mismo: no “aceptar lo inaceptable”, no adaptarse.

Esta vigilancia también se aplica al arte y al conformismo que en él impera. Pasolini multiplica cartas, artículos, ensayos y poemas para decirlo. Encontramos algunos de ellos en La religión de mi tiempo (Nórdica Libros, 2015), donde abundan burlas y enérgicas porfías contra el realismo académico o la “reacción estilística”. “Nunca hallaré la paz, nunca”, escribe Pasolini; y añade: “ya tengo encerrado en mí el demonio de la rabia”. En 1963, realizó un filme-poema precisamente titulado La Rabia (3). Desde Marilyn Monroe, “pobre hermanita menor” hasta la represión contra la lucha del pueblo argelino, desde el capital que “se siente restaurado / en cuanto puede empezar de nuevo a corromper” hasta el vuelo cósmico, la rabia poética asocia, descubre, desvela y magnifica.

También es la rabia la que anima el Manifiesto. Si se necesita un nuevo teatro, es porque el que reina ha fracasado, así de claro: “Hasta el más soso e insustancial de los actores frente al más viejo y decrépito de los públicos burgueses tiene la vaga sensación de que ya no está participando en un acontecimiento social, triunfante y plenamente justificado.” El nuevo teatro será un “teatro de la palabra”, rompiendo con las dos formas que prosperan por aquel entonces: el “teatro del grito” y el “teatro de la charla”, “dos productos de la misma civilización burguesa [que] comparten el odio a la palabra”. Siempre es el mismo enemigo el que mata al teatro: la burguesía, la que se ama a sí misma pero también, de forma más insidiosa, la que, avergonzada de sí misma, produce un “teatro burgués antiburgués”.

Este “teatro de la palabra”, Pasolini lo define más bien por su contrario. Algunas observaciones sobre el actor y la ritualidad que ha de inventarse se revelan, sin embargo, en su misma concisión, inspiradoras. Es probable que los deseos de Pasolini converjan ahora con algunos de los tópicos de las “poéticas” del teatro subvencionado: por ejemplo, la humildad que exhiben esas puestas en escena que pretenden estar solo al servicio de la “palabra”. Pero este es un “pasolinismo” anecdótico, de prestado, que trivializa el pensamiento del autor.

Lo que pretende Pasolini es rehuir de las filosofías espontáneas del teatro y oponerse a ellas desde una perspectiva menos mistificadora. Valga como ejemplo su reflexión sobre el público. El teatro de la palabra, sostiene Pasolini, se dirige a los “grupos culturales avanzados de la burguesía”. A este público, por lo tanto, no habrá que “divertirlo” ni “escandalizarlo”, porque es en todos los sentidos igual al autor. La afirmación es provocadora, pero esta postura la defiende claramente en nombre de la “ideología marxista”: este teatro es “el único que pueda llegar a la clase obrera”, porque “a la clase obrera la une de hecho una relación directa con los intelectuales avanzados”.

Aun cuando resulta arbitrario, escandaloso o expeditivo, este texto viene a integrar esa constelación de escritos de poetas que soñaron con el teatro, otro teatro, que se permitiera la ambición de ser de nuevo un “acontecimiento social, triunfante y plenamente justificado”.

NECESITAMOS TU APOYO

La prensa libre e independiente está amenazada, es importante para la sociedad garantizar su permanencia y la difusión de sus ideas.

(1) Pier Paolo Pasolini, Manifeste pour un nouveau théâtre, edición bilingüe, traducción de Marie Fabre, Ypsilon, París, 2019, 72 páginas, 10 euros.

(2) Pier Paolo Pasolini, El Decamerón, Los cuentos de Canterbury y Las mil y una noches, Avalon-Filmoteca FNAC.

(3) La rabbia di Pasolini. Ipotesi di ricostruzione della versione originale del film, Pier Paolo Pasolini/Giuseppe Bertolucci. Italia, 1963/2008, 83 min.

Olivier Neveux

Profesor de Historia y Estética del Teatro en la Escuela Normal Superior de Lyon. Autor de Contre le théâtre politique, La Fabrique, París, 2019, de donde se ha extraído este texto..