En 2004, Marruecos llevó a cabo una reforma espectacular de su código de la familia (moudawana), convirtiéndose en el segundo país del mundo árabe, después de Túnez, en adoptar medidas a favor de las mujeres. Por iniciativa de un poderoso movimiento popular que contó con el apoyo del rey Mohamed VI, las mujeres obtuvieron una mayor igualdad, en particular el derecho de casarse sin el consentimiento de un hombre de la familia y el de tomar la iniciativa de un proceso de divorcio sobre bases más igualitarias.
Sin embargo, en aquel momento surgieron muchas preocupaciones: ¿se aplicaría la reforma? Tres años después, la doctora Nouzha Guessous, especialista en bioética, militante de los derechos humanos y miembro de la comisión de la moudawana, parece aliviada: “Sí, en conjunto las reformas han sido un éxito. Todos los meses de marzo, el Ministerio de Justicia publica un informe sobre la implementación de las reformas, (...)