Roger Noriega, Subsecretario de Estado norteamericano para América latina, declaró el pasado 13 de febrero, en el canal CNN en español, que “es causa de preocupación de nuestros socios en las Américas y también para la gente venezolana” la adquisición por el gobierno del presidente de Venezuela Hugo Chávez, de un lote de 100 mil fusiles de asalto AK-47 y de 40 helicópteros a Rusia. Añadió que el “rearme de Venezuela es muy preocupante”. Ya en enero, la nueva secretaria de Estado, Condoleezza Rice, había acusado a Hugo Chávez de ejercer “una influencia desestabilizadora en Latinoamérica”. Y el propio presidente Bush, en diciembre 2004, insistió en que esas compras de armas “deberían ser un motivo de preocupación para los venezolanos”.
Venezuela, uno de los principales abastecedores de hidrocarburos de Estados Unidos, ha desmentido que se encuentre en una carrera armamentística y ha recordado que Washington se niega a venderle los (...)