Frente a las presiones de la comunidad internacional, la Junta militar birmana se comprometió a restablecer la democracia. En septiembre de 1988, un golpe de Estado militar había suspendido la Constitución que regía el país desde 1974. Dos años después, la Junta se negaba a reconocer los resultados de las elecciones que acababa de perder. Desde entonces, prometió sin embargo una democratización a través de una “hoja de ruta” (“Road Map”) elaborada por el general Khin Nyunt, jefe de los poderosos servicios de inteligencia devenido Primer Ministro en 2003...
Desde luego, dicho plan preveía la celebración de una Convención Nacional encargada de redactar una nueva Constitución, pero la composición de esa estructura –delegados en su mayoría designados por el poder– llevó a la oposición democrática a boicotearla. Mientras tanto, en octubre de 2004 el general Khin Nyunt era separado del gobierno por sus dos principales adversarios, los generales Than Shwe y (...)