Tres imágenes de la cantante saharaui Aziza Brahim: cruzada de piernas en el suelo de una casa de adobe en el Sahara Occidental, envuelta en el melfa tradicional, hablando de política; con las piernas colgando del escenario del increíble teatro romano en Mérida, cantando ante un público de turistas de un día; y de un humor de perros y con una voz ronca en un almuerzo en Londres, a la espera de una larga noche y nerviosa ante el concierto que tiene por delante.
Empecemos por la última imagen: Aziza Brahim, que acababa de situarse número uno en la lista de Músicas del Mundo del influyente eMusic.com con su disco Mi Canto, estaba en Londres a petición del Festival de Música Africana que cada año celebra la ciudad. En el camerino del Queen Elizabeth Hall, más tarde durante ese mismo día, una procesión de entusiastas jóvenes seguidores querían pasar unos minutos (...)