La Carta de Naciones Unidas es para mí una fuente de inspiración constante. Las palabras con las que empieza, “Nuestros pueblos de las Naciones Unidas”, tienen una significación muy especial para mí. Lo que éstas expresan no son únicamente los grandes ideales de la Organización, sino asimismo el medio para traducirlas a la realidad.
La Organización de Naciones Unidas (ONU) es intergubernamental, pero se creó para servir a los pueblos. Y de ellos depende para que su trabajo progrese. El cambio no proviene solamente de las capitales del mundo. Con mucha más frecuencia, tiene su origen en las poblaciones o en las comunidades. En nuestra época, donde las amenazas son múltiples y mundiales, es realmente esta fuerza nacida de las profundidades lo que necesitamos, más que nunca, para progresar. Requerimos un multilateralismo real, al servicio de los pueblos.
El multilaterismo real es el que afronta el cambio climático. Los científicos siguen advirtiéndonos: (...)