No existe en Pekín estatua alguna del senador anticomunista estadounidense Joseph McCarthy. Una relativa ingratitud, cuando se piensa que es el padre natural del programa nuclear chino.
La historia es por lo menos sorprendente. En la inmediata segunda posguerra, un joven ingeniero emigrado, originario de Hangzhou, Qian Xuesen, trabajaba bajo contrato con el Pentágono en el Jet Propulsion Laboratory de Pasadena. Sus intuiciones pioneras en el área espacial y balística maravillaron a la US Air Force. El Army le tenía tanta confianza que lo envió a Alemania para consultar a Werner von Braun, cerebro del programa balístico alemán. El maccarthysmo haría desviar esta brillante trayectoria: acusado de comunismo en 1950, y arrestado en su domicilio, en 1955 Qian es expulsado violentamente a la China maoísta. El secretario adjunto de la marina, Daniel Kimball, en vano declara que este “genio” diplomado en el Massachussetts Institute of Technology (MIT) vale “por sí solo (...)