Cuando pones al fuego una olla con agua fría, al principio no sucede nada. O más bien, parece que no sucede nada. Las moléculas aumentan de temperatura sin manifestar aparentemente reacción alguna, hasta alcanzar los 99 °C. Entonces, de repente, todo cambia, aparecen las burbujas: un cambio de grado ha llevado a un cambio de naturaleza. El mundo acaba de experimentar un momento similar.
Desde el 24 de febrero y la invasión rusa de Ucrania, las relaciones internacionales han mutado: hemos entrado en una “nueva era”, según el canciller alemán Olaf Scholz (27 de febrero), vivimos un “cambio de época”, en opinión del presidente francés Emmanuel Macron (2 de marzo). Hace apenas unos meses, evocar la crisis de los misiles soviéticos instalados en Cuba servía para ilustrar el desvanecimiento de la amenaza nuclear militar en el siglo XXI; ahora, Rusia, primera potencia mundial en este campo, ha anunciado que pone en (...)