De acuerdo con el teorema según el cual cualquier crisis europea sólo se puede explicar mediante una insuficiencia de Europa, el drama griego ha provocado un aluvión de comentarios sobre la necesidad de acelerar la integración. Ahora bien, este término, dependiendo de quién lo utilice, hace referencia a dos ideas diametralmente opuestas. Para unos, se trata de profundizar en la coordinación entre los Estados Miembros, creando un “gobierno económico” en el marco de la Unión –es decir, una estructura política. Para los dirigentes alemanes, por el contrario, haría falta una revisión de los tratados europeos para añadir nuevas reglas vinculantes, que harían que un número creciente de temas no fueran sometidos a la deliberación democrática. Así pues, más integración va de la mano de menos política.
Esta constitucionalización de la economía ha hecho que se ponga de moda la idea de poner bajo tutela a los Estados Miembros que no acaten (...)