A poco menos de un año de haber comenzado las operaciones en Irak - cuyo fin fue oficialmente proclamado el pasado 1 de mayo por el presidente de Estados Unidos George W. Bush - no pasa un día sin que la Resistencia iraquí se manifieste. Así, la victoria estadounidense, entonces saludada como indiscutible e inapelable, se ve claramente cuestionada. La posguerra se ha convertido en otra guerra, radicalmente diferente de la que acababa de terminar, pero sus características políticas, militares, sociales, e incluso internacionales, son tales que su fin y su desenlace resultan imprevisibles. ¿Cómo se ha llegado a este punto?
En perspectiva, es evidente que las decisiones adoptadas por los responsables estadounidenses, antes e inmediatamente después de la guerra desatada el año pasado, determinaron en gran medida el curso ulterior de los acontecimientos. Lejos de lo que podrían hacer pensar las polémicas que aún continúan sobre los pretextos oficialmente (...)