Durante los seis meses que siguieron a su elección en abril de 2003, el nuevo gobierno del Partido Liberal de Quebec (PLQ), dirigido por Jean Charest, multiplicó los anuncios de iniciativas de liberalización: recurrir al sector privado para la prestación de los servicios médicos con el pretexto de que iba a ser más competitiva; reducción de los subsidios a las bibliotecas públicas con el argumento de que se estaba leyendo menos; aumento de los gastos en guarderías infantiles y escolaridad; incremento de la contribución personal al régimen público de seguro de medicamentos; facturación a cada hogar por el consumo de agua y de la recogida de las basuras; recurrir a agencias privadas para la administración de la ayuda social, la gestión del seguro de desempleo y la recaudación de impuestos, etc. Además, se lanzó a perseguir los “abusos” supuestamente cometidos por los beneficiarios de programas gubernamentales miserablemente dotados.
Según el Primer (...)