Descubrí a Belén Gopegui en enero de 1999, cuando la editorial francesa Actes Sud publicó La Escala de los mapas, seguida de Tocarnos la cara y La Conquista del aire. Tuve la ocasión de alabar su escritura y el tono nostálgico de sus relatos. Su voz fue reconocida en Francia como una de las más auténticas y atractivas de los últimos años en España.
Esta su última novela reúne todos los ingredientes para obtener, una vez más, la unanimidad de los lectores: amor, agentes secretos espionaje, y una prosa admirable: “En la noche apoyamos la cabeza en la almohada; como todo lo blando, la almohada cede a la presión. Se hunde, se calienta. Buscamos entonces su lado más fresco y mullidos y qué es lo que empieza? ¿Qué nos aguarda ahí o quiénes nos aguardan? Se trata de hacer un poco más preciso lo impreciso, porque lo impreciso, lo confuso, lo (...)