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Acreedores discretos, unidos y todopoderosos

La deuda de alrededor de 2 500 millardos de dólares se ha convertido para los países del Sur en una carga insoportable. Todavía hace falta algo más para conmover al Club de París, cartel opaco de los países acreedores del Norte, encargado de renegociar la deuda pública bilateral de los países deudores que tienen dificultades de pagos. Su lógica fríamente financiera se suma a la del Fondo Monetario Internacional (FMI) y a la del Banco Mundial, que, de hecho, controlan numerosas economías en desarrollo

por Damien Millet y Eric Toussaint, junio de 2006

Estamos en 1955. Un golpe de Estado militar acaba de derrocar al presidente argentino Juan Domingo Perón. Deseoso de reubicarse a nivel internacional, el nuevo régimen busca acercarse enseguida al Fondo Monetario Internacional (FMI) y al Banco Mundial. Necesita solucionar el problema de su deuda y entrevistarse con los principales países acreedores. A propuesta del Ministro de Economía francés, la reunión tiene lugar en París el 16 de mayo de 1956. Así nació el Club de París. Cincuenta años más tarde es un instrumento central en la estrategia de los países acreedores para lograr un total dominio de la economía mundial, lo mismo que el FMI y el Banco Mundial. Su objetivo es renegociar la deuda pública bilateral de los países del Sur con dificultades de pago. Inicialmente compuesto por once países, en la actualidad cuenta con diecinueve.

Entre 1956 y finales de 1980, el Club firmó apenas treinta acuerdos. Antes (...)

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