Suspendidas de forma voluntaria durante un año por la pandemia de covid-19, las manifestaciones del Hirak han vuelto a las calles en Argelia, desoyendo las advertencias de las autoridades, que siguen prohibiendo cualquier concentración, oficialmente por motivos sanitarios. Surgido en febrero de 2019 para oponerse a un quinto mandato del expresidente Abdelaziz Buteflika, el movimiento de protesta pacífica exige ahora la renuncia del presidente Abdelmejid Tebboune –elegido en diciembre de 2019–, una democratización real y la remodelación de las instituciones. En Argel, cada viernes, multitudinarias marchas convergen hacia el centro de la ciudad, pese al acordonamiento de la capital y al uso de porras y gases lacrimógenos por parte de la policía.
Frente al absoluto rechazo de los manifestantes, que siguen con el lema “Queremos un Estado civil, no militar”, el Gobierno persiste en imponer su propio programa en nombre de la “nueva Argelia”. El próximo 12 de junio, los argelinos (...)