Era inevitable que los abusos y las malversaciones de las Cajas de Ahorros tuvieran su día y su poeta. Acostumbrados a no tener que dar cuentas a nadie más que a unos representantes públicos beneficiados a la postre por muchos de estos derroches, sus gestores despilfarraron dinero con desvergüenza durante largo tiempo. Y no sólo en los años del boom en los que los beneficios no hacían más que crecer. Consejeros y administradores se llevaron cuantiosas indemnizaciones, que sobrepasan los cientos de millones de euros.
Tal es el trasfondo de Las Cuentas pendientes, novela negra de Gastón Segura, nacido en Villena (Alicante) en 1961. Ya adulto, se marchó a Valencia para licenciarse en Filosofía. En 1990 se instala en Madrid y, tras probar suerte en diversos oficios, decide en 1996 dejarlo todo para dedicarse a la escritura justiciera. En sus crónicas africanas –A la sombra de Franco (2004) e Ifni: la (...)