¿Por qué los países optan por el proteccionismo? ¿En qué circunstancias prefieren, por el contrario, el librecambio, incluso en periodos de recesión, y hasta de deflación? La respuesta no se halla seguramente en la opinión de un cenáculo de especialistas, aunque la de casi todos éstos sea unánime. Los mil veintiocho economistas que, en 1930, se movilizaron contra la ley proteccionista Smoot Hawley que votó el Congreso estadounidense no impidieron en absoluto su aplicación.
Para cada crisis económica, hay varias “respuestas” posibles: el proteccionismo, el monetarismo, las nacionalizaciones, la devaluación, la revolución, etc. Adivinar a cuál de todas se ha he dar preferencia, lo cual depende rara vez de la arbitrariedad de una sola persona, obliga a examinar la interacción entre cinco elementos de una “caja negra”. En primer lugar, encontramos la posición económica de las grandes fuerzas sociales de un país y el poder de las estructuras intermediadoras que expresan (...)