Existe desde hace algunos años la vertiginosa perspectiva de seleccionar desde el cigoto a los futuros niños. En 2016, en Japón, se transformaron células de piel de ratón “reprogramadas” en gametos capaces de generar embriones viables, los cuales se desarrollaron hasta convertirse en ratones fértiles. De ser aplicada a nuestra especie, esta tecnología podría revolucionar el diagnóstico genético preimplantacional (DGP) generando embriones en abundancia, ya que las células de la piel constituyen un recurso inagotable. Si se dispone de una importante cantidad de embriones, aumenta considerablemente la posibilidad de seleccionar a los que poseen ciertas características. Una evolución semejante abriría el camino al remodelado genético de la especie en el plazo de unas cuantas generaciones.
Ante semejante riesgo antropológico, era de esperar que las autoridades políticas y éticas mundiales reaccionaran como lo hicieron en 1996, con la irrupción en los medios de comunicación del primer mamífero clonado, la oveja Dolly, justificando (...)