El 11 de septiembre de 2022, durante una conversación telefónica con su homólogo francés, el presidente ruso Vladímir Putin insistió en sus llamadas de advertencia a propósito de la central nuclear de Zaporiyia, la mayor de Europa, situada junto a la localidad de Energodar, a orillas del Dniéper, el río que señala la línea de frente en este punto. Ese mismo día se supo que los seis reactores de la central, de 1000 megavatios cada uno, habían sido desconectados.
Durante todo el verano, rusos y ucranianos se atribuyeron mutuamente la responsabilidad de los bombardeos sobre las instalaciones y sus alrededores. Poco después de la llamada telefónica entre los dos presidentes, Moscú denunció públicamente hasta 26 bombardeos ucranianos sobre la zona. Por su parte, Kiev acusó a su adversario de instalar armas pesadas en el terreno de la central y de efectuar disparos con ellas contra la orilla opuesta del río, bajo (...)