“Entre los planes de Arabia Saudí no figura dotarse de la bomba atómica. Pero si Irán la desarrolla, nosotros, por supuesto, no nos quedaremos a la zaga”. Con estas palabras expresaba el príncipe heredero saudí Mohamed Bin Salman (MBS) una clara advertencia al vecino y rival del reino wahabí en marzo de 2018. A las pocas semanas, el presidente estadounidense Donald Trump anunciaba la retirada de Estados Unidos del acuerdo sobre el programa nuclear iraní –firmado en 2015 bajo la Administración de Barack Obama– y restablecía las sanciones de su país contra la República Islámica; y esta última, en contrapartida, relanzaba su programa de enriquecimiento de uranio. Arabia Saudí e Irán, ambos en busca de la hegemonía regional, libraban en aquel momento enfrentamientos en diversos escenarios, entre ellos el Yemen. Siete años después de la firma del pacto nuclear, este contexto de fuertes tensiones apenas ha variado. En materia de (...)