Desde las sufragistas inglesas en 1909 hasta los presos políticos de las cárceles turcas en 1984, 1996 y 2000, pasando por Gandhi en 1943 y 1948, Bobby Sands en 1981 y los indocumentados de Lille en 2004, la huelga de hambre sigue siendo el arma de la desobediencia y el desafío frente a un poder autista y represor. En la base militar de Guantánamo, los “combatientes enemigos”, según denominación de las autoridades estadounidenses, han desafiado a sus carceleros del Pentángono en seis oportunidades y por decenas –incluso por cientos– entre febrero de 2002 y finales de septiembre de 2005.
Las medidas de protesta tomadas por unos quinientos detenidos encarcelados en Guantánamo se habían iniciado en febrero de 2002, a pocas semanas de haber llegado los primeros de ellos. Esas acciones se conocen, sólo a grandes rasgos, en especial gracias al trabajo de las asociaciones estadounidenses de defensa de los derechos humanos, (...)