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En Francia, sobran leyes y faltan recursos

Violencia machista: reprimirla no basta

Desde su primer mandato, el presidente francés Emmanuel Macron ha convertido la violencia machista en una prioridad nacional. Parece corroborarlo el mayor número de condenas a maltratadores en los tribunales, y la cuestión también figura en la agenda política y mediática de otros países europeos, entre ellos España. Sin embargo, en la persecución de este tipo de crímenes sucede como en las demás cuestiones de seguridad: se privilegia la política de cifras, de aparente intransigencia, descuidando la protección efectiva de las víctimas.

por Elsa Johnstone y Vincent Sizaire, marzo de 2023

A pesar de avances reales, la dominación masculina continúa estructurando la mayoría de las relaciones de género, así como las representaciones que se les asocian. En ese sentido, las diferentes formas de violencia sufridas específicamente por las mujeres –desde ataques contra la integridad física hasta violaciones, pasando por el acoso y las agresiones sexuales– y, todavía más, la forma en que las autoridades reaccionan frente a ellas, constituyen el mejor indicador para medir la progresión de la igualdad real entre hombres y mujeres. Sancionar la violencia machista con un rigor a la altura del daño que provoca en la cohesión social es una de las maneras de hacer retroceder la dominación masculina. Dicho de otro modo, aunque las campañas de prevención y educación feminista desempeñan un papel importante, no pueden reemplazar la acción represiva y protectora que debe desarrollarse paralelamente.

Pero, aunque el nivel de represión de la violencia contra la (...)

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