Antonio Vallejo-Nájera no actuaba como un monstruo las veinticuatro horas del día. Sus nietas, por ejemplo, al referirse a él, dicen en Google: “En casa, era muy cariñoso”. No hay por qué dudar de ello. Planteadas así las cosas: ¿quién duda de los merecimientos hechos por Antonio Vallejo-Nájera para ser merecedor de este afectuoso epíteto?
En la trilogía Tu rostro mañana, del novelista Javier Marías, el protagonista Jacobo Deza, al iniciar su relato dice: “No debería uno contar nunca nada, ni dar datos, ni aportar historias ni hacer que la gente recuerde a seres que jamás han existido ni pisado la tierra o cruzado el mundo, o que sí pasaron pero estaban ya medio a salvo en el tuerto e inseguro olvido”. Sin embargo, Jacobo Deza no puede detener el flujo de palabras que le desborda, y su boca, largos años cerrada y de pronto abierta, sin que la aceche el (...)