Hay libros que son una bendición. Sabes y no sabes por qué. Y es mejor no intentar encontrar su secreto. Los lees y basta. Aunque en este caso no basta la lectura. También miras (admiras) sus dibujos, las fotos y otras ilustraciones. Se trata de un ilustrador genial, Saul Steinberg (1914-1999), demasiado imitado en medio mundo. La otra mitad del planeta ni siquiera imita, plagia. Son dos volúmenes a cuál más interesante que se deben no sólo a Steinberg sino también a su amigo, Aldo Buzzi (muerto a los 99 años), el verdadero animador y promotor de la obra escrita.
Saul Steinberg nació en Rumanía y arrastró un desarraigo incurable hasta Nueva York. Fue un viajero compulsivo y un lector voraz e insaciable. Como le gustaban los gatos, leyó el imponente diario literario de Paul Léautaud. Quienes conozcan esta obra entenderán el motivo. Y como le apasionaba la historia, la poesía, (...)