Desde la Guerra Civil, hace más de ciento cincuenta años, sólo cuatro demócratas empalmaron dos mandatos como presidentes de Estados Unidos: Woodrow Wilson, Franklin Delano Roosevelt, y, más recientemente, William Clinton y Barack Obama. De ellos, sólo dos ganaron sus elecciones sucesivas con más del 50% de los votos cada vez. El primero se llamaba Roosevelt; el 6 de noviembre de 2012, Obama se ha convertido en el segundo.
Históricamente, sin embargo, esta victoria no se deduce de un mar de fondo electoral similar a los que, en el pasado, transformaron el país mediante un “realineamiento político importante” –es decir, no sólo por una coalición mayoritaria, sino además por cambios institucionales profundos y la “creación de una nueva visión del mundo o una nueva ideología dominante”–. Los ejemplos memorables de un “realineamiento” así son el triunfo de Roosevelt en 1936 (61% de los votos frente al 31% para su oponente) y (...)