Debido a la ampliación de la guerra que Estados Unidos desarrolla contra el terrorismo, y a la gran cantidad de bases militares que ese país posee en el exterior, la vigilancia de muchos prisioneros de guerra, de “combatientes enemigos”, y de diversas “amenazas contra la seguridad” civil, ha quedado a cargo del ejército y del cuerpo de infantes de marina. Eso está generando un aumento en la demanda de carceleros, que en gran medida es satisfecha por los reservistas del ejército. Desde abril de 2003, han sido llamados nuevamente para servicios en el ejército más de 5.000 carceleros civiles, cifra que podría llegar a 9.000, según estima la Asociación de Establecimientos Penitenciarios de Estados Unidos.
No existe información oficial sobre las características exactas del trabajo que ha sido encomendado a ese personal penitenciario civil, pero según Mark S. Inch, director del servicio encargado de los establecimientos penitenciarios y de reclusión, en (...)