En Francia, la prostitución nigeriana es un fenómeno masivo que no ha dejado de desarrollarse durante estos últimos treinta años. Originarias del estado de Edo y particularmente de la ciudad de Benin City o de los pueblos de los alrededores, numerosas jóvenes, a veces menores, sucumben ante los cantos de sirena de Europa. La mayoría de las veces son mujeres nigerianas como ellas, “tías”, “amigas de la familia” establecidas en la tierra prometida, las que les prometen la escolarización, un trabajo bien remunerado o, a veces, incluso un matrimonio. En la región se las denominada sutilmente las sponsors. Resultarán ser exprostitutas convertidas en madames y encargadas de explotar a las jóvenes en el continente.
A comienzos de los años 2000, ya se calculaba que el número de mujeres nigerianas que habían llegado a Europa ascendía a más de 40.000. Desde entonces, esta cifra no ha dejado de aumentar según la Organización (...)