El ciclo de negociaciones de Doha, entablado en la Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC) que tuvo lugar en la capital de Qatar en 2001, ha fracasado. El director general de la OMC, Pascal Lamy, intenta desesperadamente resucitarlo, pero los opositores del ciclo de Doha no han cesado de sostener durante toda la negociación que más vale una falta de acuerdo que un mal acuerdo. Desde el comienzo hasta los intercambios (estériles) finales, estas conversaciones acrecentaban el riesgo de favorecer a los productores agrícolas más grandes y de debilitar, incluso de destruir, las industrias frágiles e incipientes de todo el Sur. Además, mediante el Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS), Doha podía permitir que el sector privado asumiera el control de los servicios públicos.
El fracaso de Doha podría ser sólo temporal, y por otra parte no significa que los textos fundacionales de la OMC, que (...)