Desde Tel Aviv la carreteras principal es recta, pero luego de pasar el aeropuerto Ben Gurión comienza a serpentear subiendo hacia Jerusalén entre las colinas (cuya conquista por las fuerzas judías, en 1948, hizo correr tanta sangre). A 700 metros de altitud, la carretera entra en la ciudad santa por el oeste. En realidad, tanto los israelíes como los extranjeros pueden alcanzar el centro de la ciudad por muchas otras carreteras, por el norte o por el sur.
Para los palestinos de Cisjordania, llegar a la ciudad tres veces santa no es tan fácil. Si logran pasar las barreras de control interiores, se toparán con el más brutal de los obstáculos jamás inventado para controlar y limitar los movimientos de personas en los territorios ocupados: un muro de unos diez metros de alto, que dentro de poco rodeará completamente la parte oriental de la ciudad, haciendo desaparecer el paisaje y cerrando (...)