Hace tres años un comandante estadounidense que tenía su base en el sudoeste de Afganistán mencionó la hipótesis de una ofensiva primaveral contra los talibanes en el sector bajo su mando. Esta simple alusión inflamó la imaginación del comando talibán. Año tras año, la inminente ofensiva de primavera alimenta amenazas, cada vez más violentas, de represalias contra las fuerzas occidentales. Sin embargo, los años 2003, 2004 y 2005 transcurrieron sin el menor indicio de la famosa ofensiva. Y, finalmente, fueron los talibanes quienes pasaron al ataque en la primavera de 2006.
El comando talibán del sudoeste de Afganistán dedicó la mayor parte del año 2005 a preparar la maniobra. “Sesiones de entrenamiento” animadas por un grupo de combatientes experimentados, provenientes de la resistencia iraquí, sirvieron especialmente para dar una nueva orientación a la estrategia de terror que se difundiría en la región de Waziristán (distritos tribales bajo administración pakistaní), región fronteriza (...)