El alcance de la batalla política sobre la financiación de los sistemas de jubilación que acaba de comenzar en Francia va más allá de sus fronteras. En toda Europa, la empresariado, los Gobiernos y los media han desarrollado campañas de comunicación a gran escala sobre la cuestión. Su objetivo no es en absoluto “salvar” las jubilaciones, sino perpetuar la hegemonía del capital y las desigualdades sociales que son el meollo del proyecto neoliberal. La crisis que ha golpeado a Irlanda y Grecia, a la espera de otros países, proporciona incluso la ocasión soñada para reforzar este proyecto.
Los sistemas de jubilación varían de un país a otro, pero reposan esencialmente, sobre la dosificación de dos lógicas: el reparto y la capitalización. El reparto se basa en la solidaridad intergeneracional: los activos financian las pensiones de los inactivos, con cotizaciones sobre los salarios y eventualmente a través de los impuestos. En un (...)