Si analizamos las prioridades que asigna la humanidad a temas de interés global a partir de la evolución de los derechos humanos, las personas con discapacidad han sido de las últimas en llegar a la consideración mundial como un grupo prioritario. En los distintos debates y evolución de los modelos políticos y socio-económicos de los Estados, las personas con discapacidad estaban ausentes –y continúan estándolo en muchos casos– de las políticas públicas. Más tarde, fueron consideradas de manera progresiva como un ‘grupo vulnerable’ y una ‘carga social’ a la cual el Estado debía hacer frente. El enfoque sobre los derechos humanos fue fundamental para iniciar un cambio de fondo en las políticas dirigidas a acabar con esta exclusión. Es aquí donde radica –sin duda– la relevancia de la Convención de 2006.
Hasta la fecha, 153 países han ratificado la Convención, vigente desde mayo de 2008. La ratificación por parte de (...)