En África, las elecciones democráticas, antaño consideradas una utopía, se han convertido en algo cada vez más habitual durante las tres últimas décadas. Pero, a medida que el continente se conecta a Internet, el riesgo de manipulación digital aumenta, principalmente a través de las redes sociales. La amenaza resulta tanto más grave cuanto que a menudo pasa desapercibida.
Un detalle lo confirma: fue en África, en particular en Nigeria y Kenia, donde Cambridge Analytica probó sus técnicas fraudulentas de sustracción de datos empleadas en el referéndum sobre el brexit y las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016. Los electores de esos países sirvieron, sin saberlo, de cobayas de una estrategia en tres fases. En primer lugar, se recopilan, principalmente en Facebook, los datos personales en línea de millones de ciudadanos: edad, sexo, tendencias culturales o políticas. A continuación, se analiza esa información a fin de definir microcategorías. Por último, con ayuda de (...)