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Hace 50 años, el poder jordano ponía fin a la utopía revolucionaria palestina

Memoria de un septiembre negro

Tras caer derrotado frente a Israel en 1967, el mundo árabe sufrió importantes cambios políticos. Las diferentes facciones palestinas los aprovecharon para intensificar su lucha armada contra el Estado hebreo. Jordania se convertiría en su base de retaguardia y los combatientes llegaron a soñar con tumbar la monarquía hachemí. Valiéndose del apoyo occidental, el rey Hussein aplastará sangrientamente la amenaza.

por Alain Gresh, septiembre de 2020

Ammán, septiembre de 1970. “¡Revolución hasta la victoria!”, “¡Todo el poder para la resistencia!”, “¡El camino de Jerusalén pasa por Ammán!”. Junto a estos eslóganes pintados en las paredes de la capital jordana, hay pegados carteles del “guerrillero heroico”, Ernesto “Che” Guevara, asesinado el 9 de octubre de 1967 en Bolivia por orden de la CIA. Militantes armados con la cabeza cubierta con una kufiya realizan controles en los principales cruces, mientras camionetas con ametralladoras apuntando al cielo se desplazan a toda velocidad por las laberínticas calles de la ciudad. El congreso de la Unión General de Estudiantes Palestinos (GUPS, por sus siglas en inglés) acoge a cientos de activistas de izquierda extranjeros, algunos de ellos judíos, que han entrado en Jordania de forma más o menos clandestina. Se cita a Fidel Castro y Mao Zedong, se devoran libros de Frantz Fanon y Ho Chi Minh, se comentan los escritos (...)

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