Aníbal Malvar, en su novela realista La balada de los miserables, reproduce el mundo mugriento del París de 1862 imaginado por Victor Hugo, y lo coloca en el Madrid de nuestra época. La acción se sitúa en la periferia de la capital española, en esos lugares construidos sin normas urbanísticas y legales que se llaman “poblados”, donde se vende droga, se reside en chabolas y la vida vale poco o nada.
Inequívocamente de género negro, La balada de los miserables nos proporciona algo más que una simple trama detectivesca. El bien y el mal, la ley, la política, la ética, la justicia y la religión siguen presentes en la sociedad, y los escritores han de erigirse abogados de los oprimidos, vivan en el lugar y momento histórico que vivan. En ambas capitales, París y Madrid, antes y ahora, ocurren asuntos turbios, desapariciones misteriosas, manteniéndose la eterna separación entre desgraciados y bien (...)