Al norte de Guatemala y de la Reserva de la Biosfera Maya (RBM), el área protegida más importante de América Central, el emplazamiento arqueológico de El Mirador era una joya bien guardada por la selva. Fuera de las comunidades locales y los arqueólogos, nadie sabía de la existencia de estas veintiséis ciudades mayas que datan del período preclásico y son entre 1.000 y 1.800 años más antiguas que los otros grandes emplazamientos mayas (Palenque, Copán, Tikal). Los especialistas consideran El Mirador la cuna de la civilización maya, dado que alberga las pirámides más altas construidas en Mesoamérica (147 metros de altura). El arqueólogo estadounidense Richard Hansen vio, en este patrimonio, una nueva mina de oro: “Aquí tenemos una combinación única de selva tropical y emplazamientos arqueológicos de valor incalculable, combinación que genera un potencial turístico enorme para Guatemala”.
Y que posibilita también la construcción de un complejo turístico que permita, según (...)