En esta mañana del 28 de noviembre de 2018, unas treinta mujeres se han reunido en el jardín Khalil-Gibran situado en pleno centro de Beirut, cuya reconstrucción no ha dejado rastro alguno del conflicto fratricida que ensangrentó el Líbano entre 1975 y 1990. Han llegado de todo el país para asistir a una rueda de prensa histórica. Dos semanas antes, el 12 de noviembre, el Parlamento libanés adoptó la ley 105 relativa a las personas desaparecidas o secuestradas por la fuerza. El texto estipula en su artículo 2 que “las familias tienen derecho a conocer el paradero de sus familiares desaparecidos o secuestrados por la fuerza [durante la guerra civil]”. También plantea la creación de una comisión independiente encargada de localizar las fosas comunes esparcidas por el país y de exhumar los restos humanos para identificarlos.
Muchas de las mujeres presentes tienen la espalda encorvada. La mayoría lleva una bandana con (...)