Hace casi diez años que la Administración estadounidense se prepara y multiplica estudios, pruebas, entrevistas e informes. En 2020, por 24ª vez en su historia, Estados Unidos hará un censo de su población. Centenares de agentes recorrerán el país para registrar a quienes no lo han hecho por Internet. Aviso a los desobedientes: quien eluda el procedimiento se expone a una multa de 5.000 dólares; hasta 1976, el infractor se arriesgaba incluso a terminar en la cárcel.
El censo estadounidense constituye una obligación decenal inscrita en el primer artículo de la Constitución. Pilar del federalismo, permite fijar el número de delegados que cada Estado enviará a la Cámara de Representantes, y sirve de base para la configuración de las circunscripciones electorales. Determina el reparto de fondos federales entre los estados (un maná de 800.000 millones de dólares en 2018) y, desde los años 1960, orienta las políticas de discriminación positiva. Aunque (...)