En Trieste, se dice que el “Bóreas” vuelve loco. Este viento glacial del norte atraviesa todos los años la ciudad, colándose entre los austeros edificios de la plaza de la Unidad de Italia para prenderse de las ramas de los árboles de San Giovanni. En este parque, unos pequeños pabellones verdes constituyen las últimas trazas del hospital psiquiátrico, cerrado a principios de los años 1970 por el médico Franco Basaglia. Para celebrar el cierre del manicomio, enfermos, sanitarios y artistas construyeron entonces un inmenso caballo azul en cartón piedra. Empujado fuera del parque donde vivieron recluidos durante muchos años cerca de mil doscientos “locos”, el caballo simbolizaba el retorno a la vida cívica, la reapropiación de la ciudadanía y el llamamiento a otra psiquiatría.
En 1978, una ley generalizó en todo el territorio la experiencia llevada a cabo en Trieste, ordenando el cierre de todos los hospitales psiquiátricos. Llevó tiempo imponer (...)