Flotokol, Kolofata o Kusseri… En Camerún, Boko Haram multiplica los ataques homicidas en la región del Extremo Norte. Lo hace desde el Estado de Borno, en Nigeria, donde controla unas veinte ciudades. Limitadas a actos aislados el año pasado, estas incursiones movilizan hoy a cientos de combatientes. A pesar de los tres mil soldados movilizados, cazabombarderos, tanques y vehículos de asalto, el importante dispositivo que desde abril de 2014 despliega el Gobierno camerunés choca con una poderosa organización que parece fundirse en el paisaje.
A menudo, las incursiones de Boko Haram se acompañan de secuestros, seguidos de peticiones de rescate. La liberación de las primeras personas involucradas, como la familia Moulin-Fournier, secuestrada el 19 de febrero de 2013 en la localidad de Dabanga, a ochenta kilómetros de Kusseri, o el sacerdote francés Georges Vandenbeusch, raptado en Nguetchewe el 14 de noviembre de 2013, no puso fin a la serie. A principios (...)