La presentación del proyecto de ley de reforma del Código Laboral preparado por la ministra de Trabajo, Myriam El Khomri, estuvo acompañada de una amplia campaña de comunicación. Se dijo que habría que “facilitar” el diálogo social y promover acuerdos teniendo muy en cuenta a los asalariados, consultándoles directamente en el ámbito de la empresa. Los argumentos mencionados son de tres tipos. El primero, que desacredita las relaciones profesionales tal y como funcionan, hace pensar que el diálogo social estaría fallando. El segundo apela a la retórica de la proximidad: negociar de cerca con los asalariados significaría necesariamente otorgarles más espacio, más poder. Por último, una mayor autonomía y una mayor libertad de actuación conferidas a los empleadores, a través de las negociaciones por empresa, permitiría, aseguran, crear empleos.
Ahora bien, contrariamente a las ideas establecidas, las negociaciones en las empresas han experimentado un avance importante desde los años 1990 y (...)