El 4 de mayo de 2022, un centenar de representantes consuetudinarios y políticos de distinto signo llenaron la sede del Hogar walisiano y futuniano, en el barrio de Magenta, en Numea (Nueva Caledonia). Collares de flores, intercambios de esteras tejidas, telas y ñames introducen las palabras destinadas a reconciliar a los “primos oceánicos”. La fecha no es casual: coincide con el aniversario del trágico asesinato del líder independentista Jean-Marie Tjibaou y de su mano derecha, Yeiwené Yeiwené, así como de su asesino, el también kanak Djubelly Wéa, un suceso ocurrido treinta y tres años antes en la isla neocaledonia de Uvea.
Daniel Goa, presidente de la Unión Caledonia (UC) –el partido con más historia de Nueva Caledonia y la pieza central del Frente de Liberación Nacional Kanak y Socialista (FLNKS)– se dirigió a los asistentes: “Hermanos y hermanas polinesios de Wallis y Futuna, dejad de preguntaros si vuestro lugar existe en (...)